Capítulo 9 - Dorado, Parte II
Esa misma tarde, Amy llega de trabajar y le escribe a Jace tal como habían quedado, avisándole que ya está en casa y mandándole la dirección exacta.
Se ata el cabello mientras se acerca a la tienda, y observa a su alrededor. Ahora que lo piensa, ¿Qué demonios van a hacer allí si no hay nada para entretener?
- …. Supongo que tendré que improvisar… - murmura para sí.
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15 minutos más tarde, Jace llega a la calle donde vive Amy. Había estado resolviendo algunos asuntos cerca del lugar, así que no le tomó mucho llegar.
- Se supone que ésta es la dirección… - dice observando las casas alrededor - me dijo al final de la calle. Aunque no se ven muchas casas al final… - comenta.
- Uhmmm, bueno, me dijo que no era la gran cosa… seguro es una casa pequeña… [El gnomo sabe lo que se avecina…]
- A ver dónde vives, pequeño angelito naranja… - dice mientras continúa hacia el final de la calle.
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Mientras Jace ubica la “casa” y llega, Amy ha encendido una fogata y se ha puesto a pasar el rato.
Y unos minutos más tarde, el chico llega al terreno.
Amy se da cuenta y enseguida se levanta.
- ¡Hey, llegaste!
Jace observa el lugar con un gran signo de interrogación en su cara, descolocado:
- uh…
y cuando termina de asimilar lo que está viendo….
*suspiro*
- Dime, por favor, que no vives en una tienda de campaña…
Amy sonríe y, levantando los brazos, le responde:
- Pues sí, así es, sé bienvenido a mi humilde morada.
Jace se lleva una mano a la cara.
- No puede ser verdad... Estás hablando en serio. ¿Cómo demonios haces para vivir en una tienda de campaña?…
- Pues…
- No quiero que me contestes. Era una pregunta retórica.
Amy baja los brazos y alza una ceja, y le responde totalmente tranquila.
- Te dije más temprano que no te esperaras la gran cosa.
- Con “gran cosa” no me imaginé que te referías a que NO TIENES HOGAR.
- Bueno, no tienes de que preocuparte. El vendedor me dijo que era un sitio seguro, así que no creo que me vayan a robar…
- … De todas maneras, no tengo ningún objeto valioso, nada más que mi virginidad, aunque eso no es un objeto.
Jace suspira, sumergido en sus pensamientos. No lo puede creer, en serio, no lo puede creer.
- Sabes qué. Ignoraré el hecho por el momento y ya me ocuparé de ello más adelante…
Amy no sabe cómo reaccionar a las palabras de Jace.
- Ehh, ¿Te ocuparas de qué, exactamente?
Y esa pregunta hace que la gota de paciencia que le queda al chico rebose el vaso.
- ¡Del hecho de que vives en una maldita carpa, Amy! ¡¿de qué más podría ser?! – Jace explota.
Amy se sorprende por su arrebato. “Oh, entonces no era lo otro...”, piensa.
- Oye, no me tienes que gritar… - le dice Amy.
Y luego:
- Espera, ¿Te preocupa salir con alguien sin casa? Porque quiero que sepas que la casa viene en camino, simplemente tengo que ahorrar para poner los primeros cimientos…
Jace la observa como si le faltase un tornillo.
- No me interesa si tienes villas y castillos, Amy, me importa más tu seguridad. No puedes vivir en una tienda de campaña y pensar que nadie se va a preocupar…
- Pues nadie se ha preocupado hasta el momento… - Le responde Amy un poco enfurruñada.
Jace bufa, negando con su cabeza y se aleja de Amy, intentando tranquilizarse. Murmura por lo bajo para que no la pueda escuchar:
- Maldición, no puedo creer que aún no hayas sido comida de vampiros… o de algo peor.
Amy lo observa a lo lejos, frunciendo el ceño, mientras éste se aleja.
- La tienda es una cosa provisional. No pienso vivir así toda la vida. Ya te dije que el vendedor dijo que era un sitio seguro. - le dice, como si así pudiese tranquilizarle.
- Perfecto, un mundano te dijo que nada te va a pasar… - continúa murmurando Jace.
-… Y ni siquiera tengo vecinos – Dice Amy siguiendo con su explicación, ya un poco incómoda. No se esperaba para nada esa reacción.
Jace se vuelve a acercar a Amy.
- Y eso es más preocupante todavía… ¿No crees que es muy extraño que seas la única viviendo por aquí? Desde donde sea que lo veas es completamente preocupante.
- Pues la gente no suele comprar terrenos vacíos, por eso no vive nadie aquí, Jace – dice Amy bastante tranquila - pero era para lo único que me alcanzaba y por eso es que lo compré.
Jace levanta una ceja.
- ¿Y por qué no has ido a un hotel?
- ¡Porque no me quedan más Simoleones! Ya tengo mi propio lote, solo le faltan remodelaciones… vivir en una tienda de campaña no es tan diferente a vivir en el campo.
- En qué clase de campo vivías tu… - murmura Jace por lo bajo.
- Además, como te he repetido ya, el hombre dijo que-
- Es un sitio seguro – La interrumpe Jace – Ya… Bueno, si el problema es el dinero-
- No… - dice Amy - no quiero tu dinero, no voy a aceptar limosnas. De por sí ya debo algo de dinero, no me pienso comprometer más.
Jace la observa fijamente. De todas las chicas que se podría encontrar se encuentra con la más loca e inconsciente, primero el asunto con las hadas y ahora esto… Si fuese una humana normal no le preocuparía, ellos suelen evitar el peligro… bueno, ESTA clase de peligros, al menos que sean unos idiotas… pero siendo una de ellos, sin preparación es un blanco perfecto. No entiende cómo es que sigue viva.
- tus instintos de supervivencia están en el culo, para que lo sepas… y eres la chica más suertuda del universo – comenta.
Amy frunce el ceño:
- ¿y eso por qué lo dices?
- Ya veo por qué decías que lo único que extrañabas era una buena cama. – comenta Jace ignorándola, ya un poco más en sus cabales – Aunque yo tú extrañaría mucho más, aquí no tienes nada.
- En el campo tampoco tengo nada – le replica Amy.
- En fin... Creo que vas a lograr que no vuelva más a mi casa. No pienso moverme de aquí mientras sigas viviendo en esa cosa... – dice Jace señalando hacia la tienda.
- Por más que me agrade la idea, no voy a hacerte pasar por las mismas, Jace. - dice Amy - Te repito: esto es algo provisional, no hay nada que vaya a pasar.
Jace bufa “¿hacerme pasar por las mismas?, he estado en sitios peores… si fuese por mi te llevaría al instituto ahora mismo, pero no es un riesgo que quiera tomar ahora…”, piensa, aunque no dice nada.
Al ver que Jace se mantiene callado, Amy rueda los ojos.
- Vale, como sea… dijiste que querías pasarla conmigo hoy, así que, si quieres hacerlo, cambia esa actitud – le dice - No estoy para malos ratos, si no prefiero irme a dormir ya.
Jace suspira resignado y le sonríe.
- De acuerdo, Amy Fairchild, ¿Qué es lo que quieres hacer? Porque de aquí no me voy a mover…
- Pues… - Amy lo piensa por un segundo - pasemos el rato frente a la fogata…
Jace la observa con cara de WTF.
- ¿En serio eso es lo que quieres hacer?
- La verdad es que no hay mucho más para hacer, así que-
Jace se echa a reír a carcajadas.
- No sé si reír o llorar por tus desgracias…
- Pues te ves mejor sonriendo… - le replica ésta.
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Tal como Amy quería, los chicos pasan el tiempo frente a la fogata.
Amy aprovecha también de mostrarle un poco su práctica con el violín.
Y aunque aún la chica no suena del todo bien, Jace la observa sin ningún quejido. [Eso es amor…]
Incluso se ponen a mirar las nubes, dándoles formas…
- y aquella tiene forma de llamacornios...
- Yo no le veo forma de llamacornios.
- ¿Sabes lo que es un llamacornios?
- Vamos, todos los cuentos de niños tienen dibujos de ello...
Y al tocar la noche, toda la tensión de más temprano se ha disipado.
- Me gusta más esta versión de ti – comenta Amy observando el fuego crepitar.
- ¿Esta versión? ¿A qué te refieres? – Pregunta Jace, volteando hacia ella.
- Estabas demasiado cabreado esta tarde… Me recordaste un montón a mis padres.
Jace la observa fijamente.
- ¿Solían estar cabreados? – Pregunta interesado.
- Un montón.
Amy voltea a mirarlo.
- Eran unos sobreprotectores y unos paranoicos… Los apodaban los locos del campo. Estaban obsesionados con la idea de que alguien los perseguía, de que alguien los estaba buscando.
Jace frunce el ceño.
- ¿Quién los estaba buscando? – pregunta.
- No lo sé Jace, su imaginación. Ese alguien nunca apareció. La cosa es que me recordaste a ellos, a sus facetas de mala hostia.
- Bueno, si no fueras tan inconsciente no me verías así. No llevamos ni un mes conociéndonos y ya me has sacado de mis casillas. Cosa que, debo decir, no es algo que suceda fácilmente.
Amy alza una ceja.
- ¿Entonces por qué me soportas? ¿Por qué estar aquí conmigo? Soy solo una chica cualquiera…
- Mmmm, no eres una chica cualquiera…
- Eres diferente a lo que estoy acostumbrado… y estoy interesado en ti. – continúa Jace.
- ¿Diferente? ¿Te refieres al tipo de chicas con las que sueles estar?
- Me refiero al tipo de persona… suelo estar rodeado de personas bastante diferentes a ti, así que me llamas la atención. Aunque más allá de eso no te mentiría si te dijera que la inocencia que emanas con cada cosa que haces me hace querer protegerte cada día más. De hecho, me dan ganas de amarrarte a una silla y ponerte tras mil candados para que no hagas cosas temerarias sin siquiera darte cuenta.
- Creo que sobreestimas mis capacidades para cuidarme… he cuidado de mi misma desde hace mucho tiempo.
- yo no lo creo… ya te lo he dicho, la ciudad es un sitio peligroso, mucho más peligroso que el campo de dónde vienes.
- pues yo pienso que lo puedo manejar…
- espero que puedas hacerlo, la verdad… y que puedas sorprenderme - dice Jace, ya no solo refiriéndose a lo que hablan, sino a toda la verdad en general.
Jace se le queda viendo por lo que parece una eternidad, viendo sus ojos, sus pómulos, sus labios...
- Ahora ven aquí – continúa diciendo y la atrae hacia sí, y tomándole la mejilla comienza a besarla. Intensamente.
Amy se deja llevar por el beso, tal como en las oportunidades pasadas. Adora los besos de Jace y podría besarlo toda la noche si pudiera.
Poco a poco Jace la acuesta sobre el suelo, mientras continúa besándola. Su cuerpo cubriéndola.
Desliza su mano por su cuerpo, por su brazo, hacia su muslo. Desea quitarle la ropa ahí mismo.
- Jace… - Exclama Amy entre un beso y otro.
- mmm – murmura Jace, pero continúa besándola.
- ¡Jace! – vuelve a decir Amy, ya en un tono llamándole la atención.
- ¿Qué? – Le responde éste por lo bajo, separándose un poco para verla. Le está cortando el rollo.
- Estamos a la luz de la luna…
- ¿Y qué? Dijiste que no tienes vecinos…
- Lo sé, pero igual es raro…
Jace vuelve a comenzar a besarla, ignorándola un poco.
- Podrías simplemente dejarte llevar… - le dice entre beso y beso.
Poco a poco llena de besos su piel hasta su cuello.
- Imagínate que estás en el campo, en uno de los cobertizos de tu yayo… - le dice por lo bajo, aún concentrado besándola.
- Eso no me está ayudando… - le responde Amy de vuelta.
Jace se separa una vez mas de Amy, pero esta vez se acuesta a un lado. Su corazón latiéndole a mil, respirando forzosamente.
- Ya… tienes razón.
y luego de unos segundos...
- ¿Pero, acaso no quieres hacerlo? – pregunta después de unos segundos en silencio – no es por nada, pero yo estoy bastante dispuesto…
Amy le sonríe.
- Ya me he dado cuenta… y claro que quiero hacerlo… pero es mi primera vez…
Jace voltea hacia Amy.
- ¿Es tu primera vez?
- Tu robaste mi primer beso, así que ¿tú qué crees? Además, lo mencioné más temprano, aunque veo que no me prestaste atención.
Jace no dice nada, solo se le queda mirando. Amy voltea hacia el cielo.
- El cielo se ve precioso, hay un montón de estrellas hoy – exclama ésta.
Jace se mantiene en silencio observándola.
De repente sus ojos comienzan a cambiar de color, el glamour puesto sobre ellos desapareciendo.
Jace se incorpora enseguida, llevándose una mano a la cara. “maldición”, piensa, dándose cuenta de lo que ha sucedido. Amy se sorprende por la brusquedad de su movimiento:
- ¿Qué sucede? ¿estás bien?
- Sí, estoy bien… se me metió algo en el ojo. - le responde Jace.
- ¿estás seguro? Puedo mirar…
- No… sí, estoy bien…. perfectamente…- Jace parpadea, aún de espaldas a Amy, recuperando el control sobre el glamour, ocultando sus ojos dorados tras un velo de color azul.
Luego se voltea de nuevo hacia Amy y la vuelve a tumbar sobre su espalda.
- De hecho… y volviendo al tema, sabes que diciendo eso, y así sin más, me haces desearte aún más ¿no?... me haces perder el control.
Amy le sonríe.
- ¿Ah sí?
- Totalmente.
- Bueno, yo no soy quién para apagar esa llama… pero ¿qué te parece si mejor vamos dentro de la tienda?
Jace alza una ceja.
- ¿En serio? ¿Te parece más romántico hacerlo dentro de una tienda de campaña que afuera a la luz de las estrellas?
- Romántico me parecería hacerlo en una playa desierta, pero eso no va a pasar… aquí afuera cualquiera nos puede ver, así que tómalo o déjalo…
- Tomo nota… pero ¿Quién pasaría por aquí a estas altas horas de la noche? Dijiste que no tenías vecinos.
- Un borracho tal vez.
Jace se le acerca un poco más, con intenciones de volverla a besar.
- ¿Y qué si mejor nos dejamos llevar y que sea donde tenga que pasar…?
Amy sonríe otra vez.
- Entonces bésame tanto como para hacerme olvidar del lugar… - le dice.
Jace le sonríe de vuelta.
- Eso es una cosa fácil de cumplir…
Y la besa.
y mientras se besan, a lo lejos, unos fuegos artificiales estallan en el cielo.
Jace sonríe, se coloca encima de ella y se quita la camisa.
- Bueno, no te puedes quejar, incluso te han dado fuegos artificiales – dice.
Amy solo sonríe.
Jace le quita la blusa a Amy y baja hacia ella, y en un susurro exclama:
- Seré lo más dulce que pueda contigo.
---------- Fin del capítulo 9 ----------
¡¡Uuuuy!! El escena se tornó candente 🔥🔥🔥ooohh ya veo por dónde va la cuestión con Jace 🤭🤭 ahora todo se esclarece un poco.
❤️❤️❤️Ay Jace q casi te delatas con tus ojitos🤭🤭
Diosssss!!! Derretidita estoy!!!! 😍😍😍 Y esos ojos?! Me explicas?? Alucino!
LOS OJOOOOOOOOS ME MUEEEERO! Esto va a arder!