Capítulo 17 - Ayudas

Un rato más tarde, Amy se encuentra con Jace en una pequeña cafetería.

Apenas llegar, Jace toma a Amy entre sus brazos.

- Hola preciosa, no sabes cuánto te he extrañado estos días que no te pude ver…

- Jajaja yo también te he extrañado un montón, y tengo un montón de cosas que te tengo que contar…

Ambos se separan luego del abrazo y Jace observa hacia abajo, hacia Ciao, quien se encuentra a un lado de Amy.

- ¿…Como el hecho de que ahora tienes una nueva mascota?

- Si, es parte de ello… yo es que-

- ¿No me dijiste que esperarías un tiempo para establecerte antes de hacerlo?... Ni siquiera tienes una casa todavía.

- Lo sé, pero es que…

- Tenías que verla… estaba allí sola y desamparada en la nieve… y no la podía dejar así.

- Claro…

Jace se inclina hacia Ciao en un saludo.

- Hola cosita, mucho gusto, yo soy Jace y soy el chico de esta mujer hermosa que se hace llamar tu dueña. Espero que la cuides mucho cuando yo no esté cerca, y evites que se le acerque cualquier clase de tipo raro, sobre todo los pelirrojos como ella…

Ciao olisquea a Jace y le da su aprobación.

Mientras tanto Amy se ríe.

- Jajaja tú y tus cosas, Jace. Ya te he dicho antes que Joseph es solo un amigo, además, me enteré de que se ha casado, y Ciao ya la dio su aprobación.

Jace observa a Amy:

- Ciao… - dice - ese es un nombre bastante peculiar…

Y luego frunce el ceño mientras ríe, incrédulo:

- Espera un momento… ¿Acabas de decir que el pelirrojo se ha casado?... ¿Y cómo es que Ciao ya le ha dado su aprobación?...

Ambos se sientan a conversar en el banco de la entrada.

- Bueno, resulta que ayer llevé a Ciao al veterinario, y cuando estaba en el lugar, Joseph me llamó y me pidió que nos encontráramos… y pues, allí la conoció.

- mmmmm ya… - Jace procesa lo que Amy acaba de decir y se aclara la garganta - Entonces… saliste con él… a pesar de que yo te pedí, no una sino varias veces, que nos encontráramos y siempre me rechazabas… - Jace hace una pausa y niega con la cabeza - no sé cómo sentirme al respecto, la verdad…

Amy rueda los ojos.

- Realmente no salí con él, Jace, él solo me acompañó… y fue algo improvisado, me llamó para decirme justamente que se ha casado, no tienes nada de qué preocuparte.

- ajá… seguro… bueno… ¿por qué no mejor entramos? Hace frio aquí afuera…

Jace se levanta del banco y se dirige a pedir una mesa, dejando a Amy un poco atrás, y luego de unos minutos ya están ubicados dentro del local.

Aunque a Jace le ha molestado lo del día anterior, decide dejarlo pasar. Extrañaba a su ángel y no dejará que el “mundano idiota” le arruine la salida.

- Entonces, Amy, ¿puedes decirme cómo fue que encontraste y ahora te tienes que hacer cargo de una nueva criatura? – dice Jace.

- Pues… resulta que estaba haciendo un recado para el trabajo y… - Amy le cuenta con pelos y detalles el encuentro con la cuadrúpeda y su convivencia en los días siguientes, como por ejemplo el montón de plumas que le deja frente a la tienda todos los días o las pestes que le ha tenido que limpiar.

Jace la escucha en silencio, al principio aún molesto, aunque unos minutos más tarde, lo que Amy cuenta hace que su humor mejore. Algo tiene Amy que no le permite estar molesto con ella por mucho tiempo.

Y poco a poco la conversación se mueve de Ciao hacia otros asuntos:

- De verdad, a veces es agotador – dice Amy ahora – pero he ido ganando dinero y si sigo a este ritmo, muy pronto tendré el dinero suficiente para firmar el contrato con la constructora y poner los primeros cimientos…

- Eso es estupendo, ángel, ¿Y cuántos simoleones te faltan?

- pues… poco más de la mitad, pero como digo, si sigo siendo constante, lo conseguiré enseguida… con el trabajo, las cosechas y alguna que otra cosa que consigo por ahí.

- Bueno, pero si estás tan cerca de conseguirlo yo podría ayu-

- No - Dice Amy tajante, levantando una mano.

- No. - Repite - Jace… eres muy amable pero ya te lo he dicho mil veces: Quiero hacerlo por mí misma. Yo sola vine y yo sola puedo resolver. Lo de las sillas fue un gesto lindo, pero no quiero tu dinero. Yo sola puedo conseguirlo.

Jace suspira.

- De acuerdo, chica terca.

- Pero eso no es todo lo que tengo para decir. ¡Tengo buenas y recientes noticias!

- ¿Qué cosa? – dice Jace.

Y cuando Amy está a punto de rebelarle a Jace el asunto con el recital, aparece una camarera a atenderles.

- Disculpe, ¿me permiten tomar su orden?

Amy checa el menú.

- mmmm…

- ¿Qué te parece una hamburguesa, Jace? Tiene muy buena pinta.

Jace observa a Amy.

- Uhhh… sí, claro, una hamburguesa está bien – dice.

- Entonces sería una hamburguesa para él, y para mí un sándwich… Es lo que me provoca.

Jace la observa, confundido, y se ríe por lo bajo. “¿WTF?”

- Enseguida le traemos su pedido, señorita.

La mujer se aleja ambos vuelven a quedar solos:

- Pensé que querías la hamburguesa… - dice Jace.

- Oh, lo decía para ti. Te veía con ganas de una hamburguesa… - le responde Amy campante.

- uhhhh… vale… - niega con la cabeza para aclararse, la chica siempre hace cosas fuera de su entendimiento y no termina de acostumbrarse - entonces, ¿Qué es lo que me ibas que decir?

- Oh, sí. ¡¡Tendré mi primer concierto como solista estrella!! – dice Amy con emoción.

- ¿Qué?, ¿En serio?... ¡Eso es sensacional, ángel!

- Lo sé… según mi jefa es una oportunidad única y bastante rara así que no la puedo desperdiciar.

- Entonces me alegra que te hayan elegido para ello, te lo mereces.

- Además, esta vez puedo invitar a quien yo quiera, y como te lo prometí la otra vez, esta sí que es una oportunidad que merece la pena que vayas… - le comenta Amy.

- Estaré encantado de hacerlo. ¿Y cuándo será el concierto?

- Pues… será el día antes de navidad.

- Ehhh… Vale, eso es más pronto de lo que me esperaba…

- Lo sé, lo mismo dije cuando me enteré. De hecho, casi me da un pequeño infarto... Aunque, la sensación también podría asociarla a los nervios que tenía porque pensé que me iban a despedir…

Jace la escucha sonriendo, en silencio.

- Pero bueno, la verdad que lo que más me preocupa del hecho de que sea tan… pronto… es que no sé lo que me voy a poner. No es que tenga mucha ropa, y la que tengo no es que sea de diseñador…

- Mmmm pues, yo digo que cualquier cosa que te coloques te quedará hermoso.

- Y ahora estás hablando como cualquier hombre de la tierra… Jace, estoy hablando en serio.

- ¿Qué? Y yo también.

- Ya, pero en verdad necesito algo que impresione. El día que fui a checar el lugar la host se burló de lo que cargaba puesto y, literalmente era de lo mejor que tengo.

- Entonces alguien debería tener unas palabras con esa host. No puede estar insultando a los clientes que van al lugar…

- Bueno, yo técnicamente no era una cliente.

- Igualmente. Eso no está nada bien.

- Vale, entiendo tu punto, pero no vale la pena. Además, no es como si no tuviese razón. Unos jeans rotos no son algo que se pueda llamar “ropa formal”

Jace observa a Amy preocupada y su rostro se ensombrece.

- Pero bueno – continúa diciendo Amy - supongo que ya me las arregla-

- Creo que conozco a alguien que puede ayudarte – Le interrumpe Jace con seriedad.

Amy hace silencio por unos segundos:

- ¿En serio? – dice luego - ¿Quién?

Jace suspira. No está seguro si quiere hacerlo. Ya lo había estado pensando. Tal vez este era el empujón que necesitaba, pero no es algo de lo que esté del todo seguro.

- Bueno, de hecho, conozco a dos personas… pero de una no me fío tanto… bueno… ciertamente no en sus gustos de moda.

Amy frunce el ceño.

- ¿Por qué lo dices? ¿de quiénes estás hablando?

Jace toma aire y vuelve a suspirar, sonriendo luego, un poco nervioso.

- Creo que llegó el momento de que conozcas a mi familia... Bueno, más específicamente a mi hermana.

- ¿Qué?

Amy observa a Jace por unos segundos, sin decir absolutamente nada. Jace ha sido tan tajante con el tema de su familia anteriormente que sus palabras le han descolocado un poco. No era algo que se esperara.

- uhmmm… yo…

– Jace, no tienes que hacerlo – dice – Tu sabes las ganas que tengo de conocer a tu familia, de verdad… te lo he comentado antes, pero no quiero que lo hagas por obligación.

- no, no… no lo es Amy… yo…

- bueno… he estado pensándolo y… de hecho, quería presentártelos pronto. Siendo más precisos, para el día de año nuevo.

- ¿En serio?... no me habías dicho nada…

- Sí, lo sé. Quería hacerlo. Lo iba a hacer – rectifica – pero te me has adelantado.

- Es decir… creo que ahora es una buena excusa para presentártelos…

- ¿Por qué sería una excusa? – Pregunta Amy.

Jace la observa. No ha elegido bien sus palabras. “fuck”.

- uhmmm… bueno, mi hermana… ella… es diseñadora… bueno… es su hobbie. Así que seguro tendrá algo para que puedas utilizar.

- ¿Tu hermana es diseñadora?

- Sí, y una muy buena, puede hacer lo que sea… y completamente es mucho mejor que Magnus, el novio de mi hermano, eligiendo atuendos...

- Supongo que tendrás tus razones para decir eso…

- Digamos que… Magnus está un poco obsesionado con el glitter… y los colores… - Añade por último con dejadez.

Jace agita la cabeza, enfocándose:

- Pero a lo que voy es que… creo que está bien que conozcas a mi familia un poco más pronto de lo que pensaba… - “de hecho, es mejor…” piensa para sí.

Amy sonríe.

- No sabes lo feliz que me hace escuchar eso, Jace. Tengo muchas ganas de conocer a tu familia. Seguro son todos unos rubios despampanantes como tú.

Jace le sonríe, vacilante.

- jajaja Sí… bueno, estoy seguro de que te vas a sorprender…

- Ay, no puedo esperar…

- Aunque… Debo decir que mis padres son… un poco “complicados” – le interrumpe – Sobre todo, mi padre… no le gusta añadir mucha… gente… a nuestro círculo familiar.

- ¿Y eso por qué? – pregunta Amy.

- Mi… padre… es algo… receloso… por el trabajo que tiene… duró un buen tiempo para aceptar a Simon, el novio de Izzy, y a Magnus… aunque con Magnus aún hay uno que otro percance – añade.

- Magnus es el novio de tu hermano ¿no?... ¿Alec?... ¿a tu padre no le gusta que su hijo sea gay?

- No, no… no es eso. Es solo que… Magnus es especial.

Amy alza las cejas.

- De acuerdo… supongo que puede ser un shock para muchos…

- Pero bueno, ya nos las arreglaremos con Ro - se corta - … mi padre – corrige - Por lo pronto, conversaré con Izzy para que te ayude con la ropa antes de ir al evento, ¿te parece?

- Sí, si… ¡grandioso!

Jace sonríe.

- Seguro que les caerás muy bien, ángel – dice, aunque esto lo dice más como una súplica al universo en su cabeza.

- Eso espero – le responde Amy devolviéndole la sonrisa – Y espero que me caigan bien también…

Justo cuando están terminando de hablar, llega la camarera con la comida.

- Disculpen, acá tienen sus pedidos. Esperamos que lo disfruten.

- Muchas gracias – dice Jace con una sonrisa.

La mujer deposita con gracia la comida sobre la mesa.

- Estamos a la orden.

- Oh vaya – dice Amy observando la comida – esto luce sensacional.

Jace observa a Amy, embobado.

- Tal como tú.

Ambos comen mientras continúan conversando de una que otra nimiedad. Ha sido un buen día y una excelente cita. Amy necesitaba esto después de tantos días de trabajo.

Al terminar, piden el postre: un sabroso helado frito con café. Amy prueba todo con mucho gusto, mientras Jace se come a la niña con la mirada, sin poder evitarlo.

- Sabes – dice Amy mientras comen – esta ha sido una cita maravillosa. De verdad te echaba mucho en falta… Pero ¿sabes qué haría de esta cita aún mejor?

- ¿Qué? – le responde Jace como quién no quiere la cosa.

- Que te quedaras en mi lote esta noche.

Jace alza una ceja.

- ¿Ah sí?

- Aunque debo advertirte que últimamente llueve todos los días, todo el día, incluso con tormentas eléctricas, sobre todo en las noches. Así que nada de “a la luz de las estrellas”.

Jace se echa a reír:

- Vale… aun así, acepto tu propuesta.

Los dos terminan la comida mientras charlan y luego pagan la cuenta. Están tan contentos por la cita que han adquirido unos cuantos sentimientos.

Y, al levantarse, Jace se acerca a Amy y, sin ésta esperárselo, le da un beso en la mejilla [Sus interacciones románticas autónomas van a hacer que un día me muera de diabetes T-T <3]

- Gracias por al fin aceptar mi cita, ángel.

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Y, dicho y hecho: A lo que llegan de regreso al lote de Amy, está cayendo lo que en mi pueblo le dice un “palo de agua”. Con tormenta eléctrica incluida.

Apenas llegar, Amy se agacha a acariciar a Ciao.

- Oye pequeña, sé que este clima está de terror, así que mejor ve a refugiarte a tu casita. No quiero que te estés mojando.

Mientras tanto, Jace, cerca de la fogata saca su teléfono para mandar un mensaje.

- “Izzy, tengo un favor que pedirte, bueno, de hecho, dos… Necesito que me cubras hoy, y que no te ocupes el día antes de navidad. Luego te explico. PD: hoy no vuelvo al instituto. Nos vemos mañana”.

Y antes de irse a dormir, un buen ñiqui ñiqui para terminar la cita.

con fuegos artificiales de la tienda incluidos...

Mientras la tormenta arrasa y la cosita, a salvo en su casa, duerme plácidamente en su cama.

----------- Fin del capítulo 17 ----------