Capítulo 36 - Sin excusas

Post.164-165: Historia

Varios días han pasado después de haber ido a lo de Salus, y luego de la visita de Kat.

Gian se encuentra preparando unos platillos especiales ya que en minutos tienen visitas.

Y mientras tanto, Nia, que no es nada ducha con la cocina, le saca conversación. Alejada de los cuchillos.

- … ¿Lo puedes creer?

- …

- ¡Gian!

- ¿Eh? - dice Gian, volviendo en sí y dándose la vuelta.

Nia nota que una vez más el chico anda distraído. Últimamente le pasa muy seguido y eso comienza a preocupar.

- Menos mal eres diestro con los cuchillos, si no hace rato te hubieses cortado una mano…

- Lo siento, babe, ¿Qué decías?

- Nada importante – dice Nía bajando de la encimera y acercándose a él, tomando su rostro con una mano.

- ¿Estás bien?

- Sí, babe. Estoy bien. Solo estaba pensando.

- Mmmm, de acuerdo, si tú lo dices… - responde Nia, aunque la preocupación no la abandona.

Y en ese momento el timbre suena, anunciando la llegada de los vecinos.

- Oh, llegaron – dice Gian, aliviado por la interrupción, y va a abrirle la puerta a las visitas.

Oscar y Blue entran al piso y comienzan los saludos:

- ¡Hombre, vecino! Al fin hacemos cena de estreno... ¿Qué tal colega? – dice Oscar.

- Que bien huele, por cierto...Me muero de hambre...

- Ey man, bienvenido, jaja, ciertamente, al fin... después de mil años – contesta Gian.

- Blue, ¿Qué tal, todo bien?

- Hola Gian, me alegra verte.

- ¡¡Pequeñajaaa!! -dice Oscar a Nía - ¿Qué tal? ¿Todo bien?

- ¡Ey grandulón que ganas tenía de verte!

- Seguro que te pasas más tiempo aquí, que en tu casa - Oscar ríe y mira de soslayo a Gian.

- Calla ya.

- ¿Qué tal, bella? ¿Cómo andas? – le dice Blue a Nia.

- Holiii.... geniaaal.

- Que bien que os habéis animado a venir… ya veréis q cosa más deliciosa nos está preparado el sr. Chef

y después de los saludos pertinentes, se sientan a conversar un rato de nimiedades, mientras la comida termina de estar.

- … Por cierto, chicos. Sabéis que Gian y yo hemos estado cuadrando un viaje a Selvadorada en unas semanas y bueno… estábamos pensando en invitaros… Serían unos pocos días, ¿Qué decís? ¿Os apuntáis?

Oscar y Blue se miran con cara de pillos y contestan:

- ¡Eso sería estupendo!, ¿Nos apuntamos, Miku?

- ¡Claro! todo lo que sea salir de la rutina, siempre es bienvenido. Aquí tenéis a un par de aventureros dispuestos a descubrir tesoros y lo que haga falta.

- Además, podría llamar a mi padre, que él en su juventud se pateó toda Selvadorada y seguro me dice lugares interesantes por visitar.

- ¡Oh, perfecto! Estoy segura de que será increíble.

Gian, quién había estado cocinando, se acerca un momento para integrase a la conversación:

- Sí, será genial. Yo estoy ansioso por ver la cultura gastronómica del lugar. Dicen que tienen sabores estupendos… y mira, si aprendo algo será más currículum para mí...

Unos minutos más tarde, Gian revisa por última vez el horno, y sacando la comida lista anuncia que ha llegado la hora de comer.

Todos toman asiento en la encimera y degustan el sabroso platillo. Una deliciosa Lasaña al pesto.

- ¿Y cómo van los dolores de cabeza, Gian? – pregunta Blue de paso.

- Bien – Contesta Gian, nervioso – Bueno, van y vienen, ya sabes. Pero está controlado.

- Le he dicho que debe ir al médico. Tener dolores de cabeza continuos no es normal. – dice Nia ajena al verdadero problema.

- Está bien, babe. Simplemente sufro de migraña, no pasa nada. No te tienes que preocupar.

- Jo… pues entre eso y estar distraído cada 2 minutos no me estás poniendo fácil que no me preocupe. Es más, mañana mismo iremos al médico…

-Jaja Vi, babe. No es necesario. Además, mañana no puedo, tengo… - y Gian hace una pausa mínima, casi imperceptible, mientras su cerebro busca lo que decir – mucho trabajo, ya que pedí… hacer jornada doble, para encargarme de algunas cosas. No puedo. Pero cuando pueda iré.

Oscar sabe que Nía no sabe nada de la magia y de los problemas mágicos de Gian, así que, cómplice, decide intervenir.

-No te preocupes, pequeñaja, lo que le pasa a Gian es que está un pelín estresado por los exámenes y demás... ¿verdad colega? Son cosas que pasan cuando se está en finales.

- Sí, exactamente eso es…

Gian agradece que Oscar interrumpa. No quiere mentirle a Nia, le sienta fatal, pero no puede decirle la verdad.

- mmm – dice una Nia no muy convencida.

- En fin, ¿Qué les parece la comida?

- Uff, exquisito como siempre, bebé.

- Si, está muy bueno, colega.

- ¡Delicioso!

- Me alegra escucharlo…

----------

Luego de un rato más de charla sobre el próximo viaje y lo que les espera, los chicos se despiden hasta otro día.

Y Gian decide acompañar a Nía a casa, ya que se ha hecho bastante tarde.

- Jo… quisiera quedarme un poco más de tiempo contigo… - exclama Nía mientras van de camino.

- Ya, pero mañana tengo que trabajar desde temprano.

- Además, si te quedas mucho en mi piso, Lander me va a odiar más de lo que ya lo hace... “Se supone que tienes casa y todo lo demás” – dice en tono de mofa.

Nia ríe.

- Vale, ¿entonces cuando nos vemos, señor trabajador?

- mmmm luego te digo mejor, ¿sí? Tengo que hablar con el jefe.

- Debo hacer las horas que perderé cuando nos vayamos…

- Jo… - Nía hace un puchero.

A Gian el gesto le parece tierno, se acerca a ella y riendo la abraza por detrás mientras continúan caminando…

- Jajaja babe, estaremos días juntos en Selvadora…

- Seguro hasta acabas harta de mí. La espera valdrá la pena.

- Jamás. Jamás acabaría harta de ti, ni en un millón de años. Primero te aburres tú de mí.

Gian vuelve a reír y la detiene para besarla. También quisiera que se quedase, pero el día siguiente tiene cosas que hacer, aparte de trabajar. Cosas que Nía no necesita saber.

- Te adoro, Vi…

- Y yo a ti.

Y después de aquel beso, continúan su camino.

----------

Al día siguiente…

Gian camina hacia el lugar en el que quedaron.

Ella le espera, con toda la actitud de que es el último lugar en el que desearía estar.

Gian la ve y luego de hacer una mueca, se acerca.

Y en lo que se está acercando, Cecilia se da la vuelta, como intuyendo que alguien viene por detrás.

- Así que al fin apareces… No sabía que ahora te daba por ser impuntual – dice con cara de mala hostia cuando Gian termina de acercarse.

- ¿Impuntual? Tú has sido quien ha llegado antes.

- Como sea…

Gian frunce el ceño.

- Oye, yo lo s-

- No. No se te ocurra decirlo, ¿vale? No quiero una disculpa de tu parte. Más bien me puedes aclarar para qué demonios me has pedido que nos encontremos…

Gian hace muecas una vez más. Tratar con Cecilia iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.

- Pues...

El chico observa alrededor. No se siente cómodo hablando de magia y asuntos mágicos en mitad de la calle.

- ¿Podemos ir a un sitio más... privado?

- ¿A dónde? ¿A tu casa?

- No – dice Gian tajante.

- no, por supuesto que no.

Gian piensa por unos segundos. Y aunque no quiere abusar de él, dice:

- mmm… sé de un lugar

La verdad no se le ocurría otro sitio.

Y comienza a caminar, esperando que Cecilia le siga.

- no está muy lejos de aquí y nadie nos va a molestar.

- ok…

----------

Un rato después, llegan al lugar de Salus.

- Como te dije, aquí no vendrá nadie – dice Gian con dejadez y un tono de melancolía mientras entran en el sitio.

Cecilia mira alrededor.

- ¿No podías encontrar un lugar más destruido?

- … No. – Gian hace una pausa mirando a Cecilia – Por favor, no toques nada.

Ambos caminan hacia lo que anteriormente era la sala de la casa. Cecilia alza una ceja.

- ¿Y esto que es? ¿una guarida secreta o qué?

- Es la casa de un amigo.

- mmmm...

Cecilia mira con más detenimiento

Y ve el ataúd en mitad de la sala

- ¿un vampiro? ¿ahora te acuestas con vampiros? Un día de estos vas a morir.

- Dije amigo, Cecilia. No me acuesto con todo lo que se mueve.

- Aja. En fin… ¿ahora si me dirás para qué me necesitas?

Gian frunce el ceño. Toma una de las sillas caídas y la acomoda para Cecilia.

- Pues… necesito tu ayuda para entrenar.

- ¿Para entrenar?

- Si… yo… he tenido problemas con mi magia y…

- ¿Y por qué no vuelves a Glimmerbrook? – dice la chica, y en tono de burla añade: - Estoy segura que Dorian estará feliz de tenerte de vuelta.

- Claro. ¿Por qué no? ¿Cómo no se me había ocurrido antes? – Responde Gian sarcásticamente – ¿Me vas a dejar hablar?

Cecilia no responde, simplemente se sienta y espera que continúe.

- Vale, la cosa es que…

Y Gian le explica el descontrol que ha tenido desde hace un tiempo con su magia y lo que le dijo Blue sobre la fiebre arcana y lo que le pasa.

- No puedo creer que hayas dejado que tu magia llegara a esos extremos. – Cecilia baja la voz, conversando para sí - De hecho, desde un principio no tendrías que haber… - Se detiene.

- En fin. Entiendo que quieras mi ayuda, pero ¿por qué yo, por qué no alguien más?

- Porque tú comprendes mi magia. Te criaron para comprenderla ¿no?... No tengo ánimos de andar diciéndole a todo el mundo exactamente cuáles son mis poderes. Sobre todo, porque la mayoría de las veces no son bien recibidos.

Cecilia le observa. Gian está más serio de lo que alguna vez le vio antes en su lugar natal.

- Sí sabes que si acepto no te dejaré en paz ni un segundo, ¿no? Yo me tomo la magia con seriedad. No voy a estar perdiendo mi tiempo con causas perdidas…

- … - no te molestaría si no fuese importante…

- ¿Quién es ella? – pregunta Cecilia después de unos minutos de mantenerse en silencio.

- ¿Quién dijo que había una chica?

- Contigo siempre la hay.

Gian se cruza de brazos, molesto.

- Humana, supongo… - continúa puyado Cecilia.

- …

- Espero que a ella no la dejes en el altar.

- Cecilia…

- De acuerdo. Acepto ayudarte... – Dice Cecilia, cortándole el rollo a Gian, mientras se levanta – Pero con una condición.

- ¿Cuál?

- Vendrás al lugar que pautemos cuando te llame. Si me ignoras, entenderé que no estás siendo serio con el asunto, y no te ayudaré más.

- Bueno yo…

- ¿Ya comienzan las escusas?

- No, pero…

- …

Gian toma un respiro y responde:

- Tengo clases y trabajo y… tengo un viaje…

Cecilia se cruza de brazos.

- Pareces un humano cualquiera…

- …

Cecilia se da la vuelta y comienza a caminar hacia la salida.

- …

Gian la sigue.

- Ven cuando te llame. Si me ignoras, se acaba el entrenamiento – advierte Cecilia nuevamente.

- Por cierto – dice luego, invocando un portal.

- deberías decirle a tu amigo que limpie un poco su casa…

Y desaparece, dejando tras de sí a un Gian un poco cabreado y compungido.

- …

- Maldición…

---------- Fin del capítulo 36 ----------

En el capítulo de hoy hay un crossover con dos personajes de #elSimverso, Oscar @oskar__ka y Blue @alltheyhate, y se menciona la colaboración en la que unos compis y yo hemos estado trabajando para sacar esta semana #SimsViajeros. Vayan a echarle un vistazo al tráiler hecho por @SantrufaS en este enlace, el video tour de muestra de los solares que estaremos visitando en Selvadorada aquí, y un pequeño video de @Pizca21 de promoción aquí, y entérate de más por nuestras redes sociales (@SantrufaS @Pizca21 @Syldavia_syl @Y_randsims @BettsSims y @simmerianne93).

Como siempre, les recuerdo que mi historia está entrelazada con la historia de Nia, el personaje de @Y_randsims, así que aquí les dejo un link a su historia, y también les dejo su perfil de insta: @nia_violet_ para que le echen un vistazo e interactúen con ella.

De igual forma, si desean seguirme para enterarse de mi vida en primera mano e interactuar conmigo, pues acá mi cuenta: @bless.gian

Y aprovecho para decirles que mi persona, Gian Bless, es parte de un mundo estupendo al que hemos apodado #elSimverso , y aquí podrás tener enlace a todos los participantes de esta locura... vayan a descubrir las maravillosas historias de todos mis compis. El mundo de las tinieblas les espera... 😈

Gracias por leerme!!

- Bless...